jueves, 5 de julio de 2012

Falling Slowly - Glen Handsard y Marketa Irglova

El cine es magia. El cine, las películas, los anuncios y los videoclips. Imágenes y música unidas para contar una historia. Pocas cosas pueden ser tan mágicas como eso.

Creo que por eso amo el cine, porque vivimos en un mundo raro y a veces nos cansamos de nuestra propia vida, y eso es lógico. El cine nos despierta, nos empuja, nos canta, nos señala el camino, nos anima a saltar.

Hoy me he despertado cansada de mi vida, me pasa bastante a menudo. A veces parece que el mundo brille  exageradamente y otras que Dios lo hubiera creado color sepia. Hoy el mundo era color sepia, yo había madrugado innecesariamente y no había Cola-Cao.

He visto "Tan fuerte, tan cerca". Es una historia bonita, con un niño y una muerte, Nueva York, un mapa y una llave. Y una música de piano suave. He llorado, he reido y he sonreido. Sonreir es de las mejores cosas que puede hacer el ser humano. Llorar también.

Y cuando he salido de la película - en las películas se entra, se recorre una distancia y se sale, como en los autobuses o el ascensor- el mundo tenia colores. Colores bonitos. No eran colores brillantes porque no había visto "Charlie y la fábrica de chocolate", ni colores suaves porque no había visto "Amelie". Eran colores bonitos. La misma gama que tiñó el mundo cuando salí de "Origen", o de "El Planeta del Tesoro" o del anuncio de Kimbo de unicef.

Por eso el cine es magia, porque puede pintar.Voy a organizar mis películas por colores, voy a hacer muchísimos grupos separándolas en texturas, brillos, contraste y todas esas cosas. Y cuando no me guste el color de mi mundo, elegiré otro. ¿Sugerencias?



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