jueves, 31 de julio de 2014

No importa que llueva - Efecto Pasillo

tomarte tu trabajo tan en serio que llegues a dejar de dormir literalmente por él, esforzarte por hacer cada pequeña cosita que hagas lo mejor que puedas, y admitir que te equivocaste cuando lo hagas, pero también felicitar a quien lo hizo bien. Aprender a ser profesional.

el día que pasamos disfrazados de indios, desde que Ángel me bautizó en el desayuno como "Pelo de Nube" hasta que salió la Luna amarilla y redonda desde la orilla del lago en medio del silencio

ese momento en el que dejas de ser tú y te conviertes en monitora de alguien. La enorme responsabilidad de que alguien pequeñito dependa de ti, de ti que en el fondo tampoco eres tan grande. Cuando te cogen de la mano y te preguntan qué haremos mañana, cuando les abrazas porque no sabes muy bien cómo hacer que dejen de llorar, pero te duele que lo hagan, cuando les obligas a acabarse la lechuga, cuando te dicen que se han divertido contigo, cuando sabes que les echarás de menos.

disfrutar del aquí y el ahora de forma sencilla, sin filosofías baratas raras, simplemente viviendo, bailar, cantar, gritar y sonreír mucho, que no te avergüence ser feliz. Que te llene tanto lo que haces que no quieras dejar de hacerlo. Que vivas de lo que te hace latir. 

"si te gusta, no es trabajo" O algo así, eran las 2 de la mañana y tenía sueño. Pero Javi resumió lo que él pensaba de las cuerdas y de la vida en seis palabras y acertó bastante.

dicen que dicen y cuentan que cuentan que nunca se es suficientemente mayor como para dejar de escuchar cuentos antes de dormir, que siempre habrá un truco de magia que nos deje boquiabiertos y un juego de malabares que nuestros ojos no lleguen a comprender

"eres mágica" y sus pequeñas manitas sujetando la manualidad que le había ayudado a terminar, y sus ojos azules fijos en los míos y su sonrisa bañada de admiración. 

que nunca sobran los abrazos, que siempre hay tiempo para sentarse en el suelo con la espalda en la pared a escuchar al otro, que el miedo a la oscuridad es realmente pánico a la soledad

enseñar a 250 futuros adultos que Colón no descubrió América sino que llegó a ella, que no les enseñó a hablar y a escribir, sino a hablar y a escribir en castellano, que la historia no es de quien la hace sino de quien la cuenta. Y que la gente que tienes alrededor esté de acuerdo en que es  importante enseñarles eso. 

y que el cuento del príncipe y el mendigo acabe con un príncipe que abdica y un mendigo presidente de la República. Y que diga Mark Twain lo que le de la gana, si quiere.

la noche que fui Rolanda Hooch, profesora de vuelo, el día que fui Peumayén, guerrera de la tribu Quetzal, la mañana que fui Afrodita, diosa griega de la belleza, el ratito que fui Justo, el hijo del príncipe de "El Príncipe y el Mendigo", la hora y media que fui el viento, sin más, el día entero que fui "Pelo de Nube". Disfrazarse y dejar de ser un ratito tú, o al menos intentarlo.

es cierto que cada uno tenemos nuestro pequeño don. Que cada niño tiene una inteligencia única en algo. No he visto a nadie coger bichos como Saúl, a nadie explicar el mundo tan sencillo como Dani, a nadie sonreír tan pequeñito como Aitana, a nadie que adivinara mi estado de ánimo como Victor, bondad como la de Bosco,energía como la de Adrián, imaginación como la de Ángel, libertad como la de Nahia. Tampoco conozco muchos que recorten y pinten peor que ellos.

que alguien te acoja y te cuide y te enseñe. Porque sí. Sin que se lo hayas pedido, sin esperar ni recibir nada a cambio. Que tras cada error tuyo, vuelva a explicarte las cosas. Sin dejar de sonreír en quince días. Que se esfuercen al máximo en que tú seas feliz con ellos. La descripción del equipo perfecto. Gracias Javi, gracias Ainhoa, gracias Joze, gracias Miguel. Gracias David.

que ocho pequeñas confíen en ti tanto como si fueras su madre, su profe, su hermana, su amiga y su todo desde el primer día. Que esperen despiertas a que les des las buenas noches, que se hagan las dormidas hasta que llegues tú a despertarlas, que te quieran. Sólo porque has tenido la suerte de ser su monitora de habitación.

que no importa que llueva, si estoy cerca de ti.

No sé si es la canción del verano, pero era la canción del campamento