martes, 11 de diciembre de 2012

Las cuentas- Leiva

Somos música. Nos empeñamos en ser serios, en razonarlo todo, absolutamente todo y en medir y contar cada estrella del universo y nos olvidamos de medir nuestro tempo, nuestro compás  nuestros agudos y nuestros graves. Pasamos de la armonía y olvidamos poner silencios para dejar la melodía respirar cuando es necesario. Medimos lo que pesamos, lo que comemos, lo que vemos, lo que medimos, pero no medimos cómo sonamos. Y claro, nos desafinamos. Nos desafinamos cantidad.

Pero nos afinamos continuamente. Si hay personas, lugares y canciones que te desafinan, que te rompen por dentro, que hacen que tu corazón suene tímido, triste y cansado, también las habrá que te afinen. Que logren que suenes feliz, rítmico y en un tono mayor brillante. Seguro.

Yo ayer fui a hacerme un electrocardiograma. Un electrocardiograma suena muy feo pero es precioso. Es escribir el sonido de tu corazón en una partitura. Es hasta romántico. Te llenan el pecho de pegatinas y cables, pulsan el on, y hacen magia. Y tu corazón empieza a sonar en toda la sala. Y mientras el médico escucha atento buscando cosas de médicos que poder medir y contar, tú escuchas como suenas, por primera vez en tu vida. Y al acabar, te regalan la partitura. La partitura de ti. De tu música.
¿No es precioso? ¿No quieres uno? Yo ya tengo dos.

No te voy a decir cómo sueno, pero te diré una cosa. Lo más fantástico de todo. Lo increíble. Lo mágico.

Mis dos partituras no sonaban igual. No se parecían en nada, ni en el ritmo, ni en el tono, ni en la letra. Nada. Somos música, pero no siempre la misma. Nunca sonamos igual, porque nunca somos los mismos.Imagina la cantidad de música que hemos perdido a lo largo de nuestra vida. Música que lleva años sonando silenciosamente, sin parar. Porque si tú música para, mueres. Y nosotros sin saberlo.

Busca eso que te afina, encuéntralo y afínate. Y después escucha tu corazón, pero el de verdad. El que lleva latiendo por ti toda tu vida, el que nunca nunca se ha parado a descansar, escúchale un poquito, que desde siempre trabajando para ti. Escúchate. ¿Verdad que somos música? ¿Verdad que sonamos precioso? ¿Verdad que estamos vivos?

viernes, 16 de noviembre de 2012

Companys, no és això - Lluis Llach

Asco.Un policía protegido bajo su armadura de casco, visera, escudo, chaleco, porra (maldita porra) le abre una brecha a un niño de 13 años y su familia en Tarragona. Se oyen más las críticas hacia los padres por llevar al niño a la manifestación que al policía por romperle la frente. La familia no iba en la manifestación, se la encontró. En la tele siguen diciendo "que algo habrán hecho" "que no te puedes encontrar una manifestación así de repente". Todavía no se sabe el nombre del policía. Por lo que es imposible denunciarlo. Nunca se sabrá. Seguirá trabajando, como el que mató con una bola de goma (malditas pistolas de bolas) al aficionado del Athletic. Tampoco sabremos nunca quien fue. Un grupo de radicales destrozan cristales y mobiliario del Palau de la Música, incendian coches de policía y rompen los escaparates de aquellos que no quisieron hacer huelga. Interior dice que sólo eramos 35.000 en Madrid y hay gente que se lo cree. Luchamos nosotros contra nosotros, y creemos que hemos ganado.Como sociedad, damos mucho asco.

Rabia. Sigue matándose la gente en Gaza. Israel y Palestina. Miles, millones, yo no sé cuantos son ya. La guerra no me da pena. Me da rabia. Mueren niños, mujeres, padres y abuelos y nosotros lo contamos como gente de un bando o gente del otro. Y seguimos matando porque ellos mataron primero. Y nadie se da cuenta de que mientras nosotros les matamos a ellos, ellos nos matan a nosotros. Y peor aún, que cuando nosotros matamos a nosecuantos enemigos, mueren nosecuantas personas. Me da mucha rabia saber que nunca entenderemos eso.

Miedo.Continúa la crisis (la de verdad) en Somalia. Se extiende por el Sahel. Senegal está ahí. El año pasado estuve en Senegal. Les vi salir del poblado a por agua con un barreño al hombro y perderse en el horizonte y tardar horas en volver, vi familias viviendo sobre la basura (literalmente) a 10 km de Dakar, la capital de África. Vi niños tiritar de malaria. Y les vi pedirme hasta el tapón de la botella de agua. No quiero imaginarlos muriendo de hambre. Pero no se qué puedo hacer para evitarlo. Y no quiero pensarlo demasiado porque me da miedo darme cuenta de que no puedo hacer nada. 

Quisiera escribir felicidad ahora, y poner un punto detrás. Y luego contar que cada día nacen niños y se casan parejas, que la gente dona sangre, que igual hoy subes al Metro y te sonríe un señor, que aprenderás una cosa nueva, que saldrá el sol. Quedaría bonito, como un brote verde de esperanza de esos que a veces ve el Gobierno. Pero hoy no puedo. Hoy no hay historias bonitas, no hay "el mundo es feo pero", lo siento. Hoy hay asco, rabia y miedo.

Quizá mañana despierte y hayan encontrado un nuevo átomo, quizás España haya ganado un partido de fútbol, quizás Apple saque un nuevo Ialgo, quizás. Yo qué sé. Pero seguirá muriendo gente en Gaza, seguirá habiendo miedo al hambre en África, y, si otro día nos atrevemos a manifestarnos, seguiremos sintiendo asco de nuestra sociedad, cuando al día siguiente miremos las noticias.  Y seguirán derritiéndose los polos. Y es así, y parece que seguirá así durante mucho tiempo. Y eso me da más asco, rabia y miedo.


Escribí esto ayer por la noche, muy por la noche. Me fui a dormir sin publicarlo porque no encontraba una canción para todos esos sentimientos. Hoy, en el aleatorio del Spotify, la he encontrado. Creo que Llach sentía exactamente eso cuando escribió esta canción. Asco, rabia y miedo.

domingo, 28 de octubre de 2012

Watching the Wheels - John Lennon

Nunca he dormido demasiado bien. Paso la noche durmiendo a intervalos cortos, cuando me acuesto puedo tardar horas en dormirme, y por la mañana cualquier ruido me despierta. Además, soy incapaz de dormir bien con la puerta cerrada o las persianas bajadas. Podría decirse que dormir no ha sido nunca uno de mis fuertes, no es algo que se me dé bien, o que me guste hacer, pero lo necesito.

Necesito dormir hasta que mi cuerpo se canse, lo que quiere decir que a veces necesito sólo cuatro horas y a veces doce. Ni más ni menos que las que mi cuerpo me pida, y si me despierto antes, paso el día enfadada. No me gusta, pero no lo puedo evitar. Odio dormir, pero odio mucho más madrugar.

Toda mi familia duerme intervalos normales y pautados de tiempo, siempre los mismos, que lógicamente no coinciden con los míos, que son bastante más irregulares. Eso hace que yo a veces despierte muy pronto, mientras todos duermen, y otras muy tarde, cuando todos están despiertos.

En  mi familia somos gente ruidosa, todos. Así que cuando mi cuerpo necesita 12 horas de sueño, tiene que contentarse con las 8 que coincidan con el sueño de mis hermanos. A partir de entonces, olvídate. Está permitido tocar instrumentos, gritar, teclear con rabia en el ordenador y poner y quitar lavavajillas estruendosos, siempre que haya pasado el toque de queda, que en mi casa finaliza a las 11.

Sin embargo, cuando sólo necesito recargar 4 horas de sueño, y despierto a las 6 de la mañana, el toque de queda continúa vigente, por lo que no puedo hacer ningún ruido. Y me esfuerzo mucho por no hacerlo.

No duermo todo lo que quisiera, pero siempre he entendido que es culpa mía. Si todos tenemos los mismos horarios, yo no tengo porqué necesitar más sueño.

Este año, me despierto de lunes a jueves a las 6 de la mañana. A cambio, el viernes no tengo clase.
Mi familia se despierta todos los días a las 8, lo que hace que de lunes a jueves sea yo la que se despierte antes, y el viernes sean ellos. Es una situación especial, porque tanto las 6 como las 8 están dentro del tiempo de silencio.

No hay un solo viernes, en mes y medio de clase, que haya conseguido dormir más allá de las ocho y media. A esa hora, mi casa parece el backstage de un gran musical, en el que todos corren y gritan, buscan ropa y objetos perdidos y discuten. Eso me enfada, pero podría comprenderlo, hay que llegar pronto al colegio, hay prisa y estamos nerviosos. Vale.

Pero se están saltando el toque de queda. Mucho, además. 3 horas. Y no pasaría nada si, como hago yo, comprendieran que son épocas especiales y todos tenemos que hacer un esfuerzo, y lo retrasaran también 3 horas cuando yo necesito dormir más allá de las 11. Pero no es así, eso no cambia. Ni cambiará.

Nunca he pensado que esto fuera un gran problema que impidiera que mi familia y yo pudiéramos convivir. Pero ahora sí, porque ahora las cosas han cambiado, vivimos épocas especiales y ellos no han sabido adaptarse, estoy incómoda, y además ya tengo la edad suficiente para irme.

Bien, a Catalunya le pasa lo mismo. Siempre ha dormido en horarios distintos a los del resto de su familia, siempre ha sido despertada antes de tiempo, y nunca lo ha llevado más allá. Hoy por ti, mañana por mi. Ahora Catalunya se despierta a las 6 de la mañana y España continua vaciando lavavajillas. Además, Catalunya lleva mucho tiempo siendo mayor de edad. Es lógico que se plantee independizarse. Está incómoda.

Especialmente dedicado a mi madre, que lee el blog, y sabrá comprender porqué me enfado si cuando le digo por quinta es que deje de tocar el piano sobre mi cabeza, ella me responde que ya son más de las 11.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Que boig el món - Lax'n'Busto

Abril camina por Madrid con la vista clavada en la capucha del chico de enfrente. Le sigue por la ciudad abarrotada de gente, cruzando en rojo, bajando las escaleras del Metro de tres en tres y golpeándose con todos los bolsos y paraguas posibles. Es un día lluvioso y la gente huye del frío. La ciudad hormiguea a una velocidad increíble, y ella corre detrás de una capucha gris.

Sigue a la capucha ( y al chico que la lleva) desde que se bajó del bus. No sabe porqué pero le sigue, dejándose las zapatillas, la piel y el aliento en el intento.Y es que Abril no sabe porqué hace la mayoría de las cosas que hace. Pero hay algo en esa capucha que Abril necesita, y eso le basta.

Por su parte la capucha gris no sabe que Abril le está siguiendo. Lleva más de media hora perdido por Madrid y bastante tiene con fijarse en los carteles de las calles y contrastarlos con su mapa arrugado y mojado como para encima darse cuenta de que unas zapatillas rosas de tela llevan caminando sus pasos casi toda la tarde.

Oscurece y la capucha entra en el metro de nuevo, se para frente al mapa de la ciudad y lo mira. Abril hace lo mismo. La misma pose, el mismo gesto. 26,4 centímetros de distancia.
El chico se gira, se baja la capucha y la mira. Abril comienza a elaborar una escusa creíble.

-Perdona, ¿Sabes cómo se llega aquí? - le pregunta él entregándole un post-it arrugado con la dirección apuntada.
-Te perdono.¿Me sigues?- responde ella, deseando cambiar por fin los papeles.
-¿Cómo te llamas?
-Abril,  ¿y tú?
-Julio ¿Qué coincidencia verdad?
-No lo creo

Ha parado de llover. Una capucha gris y unas zapatillas de tela empapadas caminan por Madrid, que continua soltando gente a borbotones.


"Boig, el món és boig. Però és nostre, i és el millor d'entre els possibles"
"Loco, el mundo está loco. Pero es nuestro, y es el mejor, de entre los posibles"

martes, 11 de septiembre de 2012

Me da lo mismo - El Pescao

Lograr que una piedra redondeada y suave rebote contra el agua. Tocar las primeras notas de mi canción favorita. Y que suene bien. Contarle un cuento inventado a mi hermano pequeño. Conocer a alguien nuevo. Encontrar a alguien que ya conocía y que hace tiempo que no veo. Saltar. Dormir con los pies por fuera de la cama. Columpiarme muy alto. Marcar un gol. Acabar algo en lo que lleve trabajando mucho tiempo. Enseñárselo al mundo. Que alguien marque como favorito algo que dije en twitter. O en la vida. Ver capítulos repetidos de House. Bañarme en la playa en invierno. Y morir de frío al salir. Correr sin cansarme. Sentir que he aprendido algo nuevo. Lograr que toda la humanidad crea que Neil Amstrong pisó la Luna. Lograr que toda la humanidad pueda irse a dormir sin miedo a no despertar. Hacer una pulsera y atármela a la muñeca pidiendo un deseo por cada nudo. Hacer más nudos de los necesarios para no desperdiciar deseos. Ir al cine y que me emocione la película. Volverla a ver al cabo de un tiempo y que siga igual. Pero diferente. Tener un libro, una película y una canción favoritas. Reir hasta que se me salten las lágrimas. Beber coca-cola muy fría con limón. Desayunar gofres con chocolate. Diferenciar algunas constelaciones. Que alguien sonría al decir mi nombre. Sonreír al decir el nombre de alguien. Negarlo.

Y bien, amigo escéptico, cuéntame qué teorema de la ciencia explica porqué son estas cosas y no otras, las que me hacen feliz. Y procura que en tu exposición no aparezcan las palabras alma, sentimientos, destino y demás moñadas no científicas, porque entonces dejaré de escucharte. O acepta que hay algo dentro de ti que no entiendes. Llámalo X.


viernes, 3 de agosto de 2012

Forever Young - Bob Dylan

No sé despedirme. No sé. No soy capaz de mirar a alguien al que ya me he acostumbrado a ver a menudo, alguien que ya se ha convertido en parte de la rutina de mi vida, sonreirle y decirle adiós. No puedo.

No tengo fuerzas suficientes como para plantearme seriamente que algún día ya no escucharé la voz del track 11 (BONUS) de mi banda sonora particular.O la del nº12. Lo planeo, imagino las palabras, los gestos y las reacciones pero luego, cuando llega el momento y descubro que estoy alargando cada instante, recuperando cada segundo, no sé hacerlo. Sencillamente, no sé.

Puedo soltar un adiós precipitado, maquillarlo para que suene a "hasta pronto", fingir que no me importa, que la gente viene y va, decirme que lo único que quedarán son los buenos momentos. Y que nos volveremos a ver. Pero sé que es mentira, lo sabemos.

Supongo que no es más que un mecanismo de defensa inútil. "Si no me despido no se van". Como los niños pequeños que no lloran el primer día de escuela. "Si hago como que no me importa, no me importará" Pero es mentira, no funciona. No lo hagáis. Se van, me voy. Y a los dos días, a la media hora, o al cruzar la puerta, empiezo a sentir que dentro de mí hay algo que debería estar y no está. Que está fallando. Y acabo admitiendo que me importa. Tarde.

Es mi mayor defecto. Lo pondré en los test esos estúpidos. ¿Tu mayor virtud y tu mayor defecto? "No sé cual es mi mayor virtud, pero no sé despedirme." Lo siento.

A todos vosotros, de los que tuve que despedirme y no supe, de los que no sabré despedirme en un futuro, a los que involuntariamente intentaré haceros pensar que me da igual, o que nos veremos pronto, os lo digo ahora. Adios. Que os vaya bien. Suerte. Os quiero. Gracias.


Dedicado a ese "nosequé" que hoy me ha regalado un sueño con una de esas personas de las que no supe despedirme.

jueves, 12 de julio de 2012

"El pozo de María Luisa" - Popular

Se coloca el casco. Se lo ata. Comprueba con la palma de la mano que la bombilla funciona. "Hay que hacer luz" se dice. "Y ruido, hay que hacer ruido", le contesta un compañero que ya ha recorrido más de 300 kilómetros con la bandera de León al hombro. Sonríen.

Comienzan el recorrido acompañados por los gritos de "Sí se puede" o "Libertad". Pero no funciona. No del todo. Entonces, a pocos metros de Sol alguien grita ¿Qué somos? a lo que responden con las primeras notas de "El pozo de María Luisa" el himno de los mineros, su voz, su luz y su ruido. Entonces sí.

Encienden los focos y apuntan a Madrid y cantan la historia de aquel minero que llegó a casa con la camisa roja de sangre de un compañero, y lloran. Y Madrid les responde, les aplaude y les apoya como si volvieran de la guerra o hubieran ganado la Eurocopa o estuvieran luchando por sus derechos y su vida.

Al acabar alza el puño y abraza a su compañero, que grita "Viva León" apoyado por todos los "Gora Euskadi" y "Puxa asturies" que resuenan a su alrededor.Son muchos. Mineros leoneses, asturianos, vascos, araninos, ex-mineros y mineros por solidaridad, las calles se han llenado de estos últimos que les aplauden y les gritan que son héroes.Héroes.

Entran en Sol,que les acoge como la casa de las revoluciones en la que se ha convertido, con el puño y la mirada en alto, desafiando a la luna con la luz de sus cascos, cantándole a Santa Bárbara Bendita, patrona de los mineros.


jueves, 5 de julio de 2012

Falling Slowly - Glen Handsard y Marketa Irglova

El cine es magia. El cine, las películas, los anuncios y los videoclips. Imágenes y música unidas para contar una historia. Pocas cosas pueden ser tan mágicas como eso.

Creo que por eso amo el cine, porque vivimos en un mundo raro y a veces nos cansamos de nuestra propia vida, y eso es lógico. El cine nos despierta, nos empuja, nos canta, nos señala el camino, nos anima a saltar.

Hoy me he despertado cansada de mi vida, me pasa bastante a menudo. A veces parece que el mundo brille  exageradamente y otras que Dios lo hubiera creado color sepia. Hoy el mundo era color sepia, yo había madrugado innecesariamente y no había Cola-Cao.

He visto "Tan fuerte, tan cerca". Es una historia bonita, con un niño y una muerte, Nueva York, un mapa y una llave. Y una música de piano suave. He llorado, he reido y he sonreido. Sonreir es de las mejores cosas que puede hacer el ser humano. Llorar también.

Y cuando he salido de la película - en las películas se entra, se recorre una distancia y se sale, como en los autobuses o el ascensor- el mundo tenia colores. Colores bonitos. No eran colores brillantes porque no había visto "Charlie y la fábrica de chocolate", ni colores suaves porque no había visto "Amelie". Eran colores bonitos. La misma gama que tiñó el mundo cuando salí de "Origen", o de "El Planeta del Tesoro" o del anuncio de Kimbo de unicef.

Por eso el cine es magia, porque puede pintar.Voy a organizar mis películas por colores, voy a hacer muchísimos grupos separándolas en texturas, brillos, contraste y todas esas cosas. Y cuando no me guste el color de mi mundo, elegiré otro. ¿Sugerencias?



sábado, 23 de junio de 2012

Flor groga - Manel

Hizo las maletas un martes por la noche. En silencio, recogió todo aquello que había tenido algo de valor en su vida y lo guardó en una mochila. Y cuando pensó que no necesitaba nada más, subió la cremallera y la cerró. Bajó las escaleras con cuidado, se puso los zapatos y salió a la calle. Abandonó su hogar un miércoles de madrugada, dejando la puerta entornada, por si alguien necesitaba entrar en lo que había sido su casa. Por eso, colgó un cartel en la entrada. "No cambien el color de las paredes, me gusta así". Y comenzó a caminar hacia delante, con la mochila al hombro, mientras silbaba una vieja canción marinera.

Sería hermoso decir que cruzó el desierto, la selva y los mares sin descanso. Sería muy poético, pero no sería cierto. Caminó apenas unas horas, hasta llegar a un claro y se tumbó en el suelo, mirando al cielo. Extendió los brazos con las palmas hacia arriba y respiró hondo.Durmió hasta que algo le despertó. Entonces abrió los ojos y miró las nubes, los pájaros y el sol. Aprovechó que nadie le veía para mirar muy fijamente al sol, hasta que el mundo se volvió naranja. Cantó a voz en grito y bajó la pradera corriendo. Y cuando las estrellas volvieron a salir, deshizo su camino hasta casa.

Caminó alegre, con pasos desiguales, como sonriendo. En una libreta azul de páginas arrugadas apuntó el nombre de cada persona que se había cruzado con él durante el camino, cada persona que le había hecho cambiar el ritmo de sus pasos. Y se prometió a sí mismo que dedicaría un verano a cubrir la pared del comedor con aquellos nombres. Cuando llegara a casa.

Reencontró su hogar un sábado por la noche. Abrió la puerta, subió las escaleras y se tumbó en la cama. Y durmió por primera vez en mucho tiempo en un mundo sin luna, soñando sueños irregulares.




sábado, 16 de junio de 2012

Summercat - Billie the Vision and the Dancers

Cosas para hacer este verano:

-Bañarse en el mar.
-Tocar la guitarra en el jardín.
-Escribir y pintar un cuaderno de viaje.
-Empezar el diario del resto de mi vida.
-Conseguir correr sin cansarme.
-No morderme las uñas.
-Ver Batman.
-Pintar las cortinas.
-Ordenar la habitación.
-Bañarse en un río muy frío.
-Sacar fotos.
-Dormir en el césped.
-Beber granizado de limón y té helado.
-Comer frigopié.
-Jugar al fútbol en la arena.
-Hablar por la noche mirando a la luna.
-Aprender a hacer malabares.
-Ver el final de House.


jueves, 31 de mayo de 2012

Seguiremos - Macaco

-Creo que somos como el fitoplancton.
- Ajá...- pausa dramática- ¿Cómo dices?

Muchas de mis conversaciones empiezan así. Pienso cosas en silencio y de pronto necesito contarlas. Y  empiezo a pensar en alto, así, sin introducción ni nada, a pelo.

-Ya sabes, las algas microscópicas del mar, que hacen colonias en motas de polvo...

Las motas de polvo de las teclas agudas son el motivo de que yo haya llegado a relacionarnos con el fitoplancton. El fitoplancton hace casitas en las motas de polvo del océano, y nosotros hacemos casitas en los planetas. Es una cuestión de escala.

-Sí... - trata de hacerme creer que se lo ha creido, pero no- ¿Y?

Me encanta esa pregunta; ¿Y?. Esa pregunta es una puerta abierta enorme. Quiere decir, dime más, que creo que a lo mejor me interesa. No puedo evitar amar esas preguntas que te invitan a responder.

- El fitoplancton vive en el océano, y nunca ha salido de ahí. Ni siquiera ha salido de las motas de polvo más cercanas a su mota de polvo. Pero hace todas las cosas que tiene que hacer ahí, crece, hace casitas, se reproduce, come, todo lo que nosotros hacemos, y seguramente más cosas que no vemos.

Ahora me mira y sonríe un poco. Y yo no sé si me está entendiendo o simplemente le hago gracia.

- Pues nosotros somos como el fitoplancton. Vivimos en nuestro planeta y hacemos nuestras cosas. A veces salimos a otros planetas o nos movemos por ahí fuera del nuestro, pero nunca hemos salido del universo.

-Porque no hay nada más allá.
-Claro, eso también lo piensa el fitoplancton

Creo me entiende y le hago gracia a la vez. Es divertido.

- Y... ¿hay gente fuera del universo, igual que fuera del océano?
- Seguro.
-¿Más listos que nosotros?
-No sé, pero más grandes.
-¿Y porqué no se comunican con nosotros?
-¿Y porqué nosotros no nos comunicamos con el fitoplancton?

Se ríe y me ofrece un caramelo y un trozo de chocolate con virutas de menta. Recojo la partitura y salgo. Es curioso, pero estoy segura de que tanto él como yo no hablaremos con nadie más de fitoplancton, nunca. Por eso sé que lo echaré de menos.


martes, 29 de mayo de 2012

Stuck in a moment ( you can't get out of it) - U2

Hay veces que necesitas una pausa de publicidad relativamente larga. No una pausa de esas cortas que solo sirven para recolocarse un poco en el sofá, no. Una pausa larga, que te de tiempo de ir al baño, preparar un yogur con cereales, organizar la mochila del colegio y ponerte el pijama. Una de esas que ponen antes del final del programa, o que interrumpen al famoso que va a dar una exclusiva. Esa pausa que ni las cadenas más valientes se atreven a decir cuánto durará. Una de esas.

Hay veces que necesitas que pongan anuncios tontos y aburridos mientras tú respiras, paseas por la casa y alisas la alfombra. O mientras buscas una manta para taparte los pies. Hay veces que sabes que esa pausa va a llegar, lo intuyes, lo supones. Imaginas que está cerca porque hace mucho que solo ponen pausas cortas de 40 segundos. La esperas tanto que eres incapaz de concentrarte del todo en el programa que estás viendo, tanto que empiezas a temer que no llegue nunca. Y entonces, interrumpen al protagonista en mitad de una frase y sale el logo de la cadena y una voz femenina que dice "Volvemos en seguida" Y tú, que has saltado del sofá y ya estás abriendo la nevera piensas; por fin.



miércoles, 23 de mayo de 2012

Hoy - Lagarto Amarillo

Todo el mundo tiene una lista de cosas que hará antes de morir.Yo también tengo una. Es una lista preciosa. Una lista de unas 12 cosas más o menos. Cosas divertidas, emotivas, distintas. Las cinco primeras son aquellas que vinieron primero a tu mente cuando empezaste a hacer la lista, esas cosas que deseas hacer, viajar al Congo, despedirse de la familia, declararse, pedir perdón, dejar un par de cosas claras a alguien. El resto, son las que fuiste descubriendo después y que has apuntado por rellenar, no vaya a ser que después sobre tiempo y no sepas que hacer con los últimos segundos de tu vida.

Todo el mundo tiene una de esas listas. Una lista de cosas que nunca haremos. Porque la mayoría de las veces en que uno está antes de morir, no lo sabe. Es triste, porque son listas preciosas y están llenas de cosas interesantes y emotivas. Es triste y es curioso. Porque pasamos horas y horas aburridos, esperando a que algo pase, a que alguien llegue, sin hacer nada. Teniendo una lista llena de cosas que hacer antes de morir. Es curioso, porque vivir es exactamente eso que hacemos antes de morir.

Sal, ve al Congo, perdona a quien tengas que perdonar, grita a quien necesites gritar, salta en paracaídas, planta un árbol, báñate en la playa, desnudo, o no, haz lo que prefieras, haz aquello que apuntarías en tu lista de cosas que harás antes de morir. Pero hazlo ahora, así vas adelantando trabajo.




jueves, 17 de mayo de 2012

Que tinguem sort - Lluis Llach

He estado pensando sobre empezar y acabar cosas. Y sobre dejar de ver a personas que llevas viendo durante más de 10 años a diario. También he pensado sobre ver otra gente distinta a diario. Y sobre coger otros autobuses y levantarse a otras horas. He pensado mucho sobre despedirse, y sobre saludarse.
He estado pensando sobre sonreír y llorar al mismo tiempo. Y sobre esa sensación agridulce que sientes cuando descubres que habrá alguien a quien echarás de menos más de lo que esperabas. Y esa otra más bonita aún cuando alguien te dice que te echará de menos. Que ya lo está haciendo.
También he pensado sobre el momento exacto en el que olvidas a alguien por completo. He pensado como será cruzarse en el super con alguien con quien has vivido y no saludarle. O saludarle y que te mire y sonría distante.
 He estado pensando sobre cómo será todo a partir de mañana. Y no sé si me ha gustado.


domingo, 13 de mayo de 2012

Viva la vida - Coldplay

Se levantan, se miran, y se cogen de las manos. Sin planearlo y sin haberlo decidido previamente, sin que un líder o un grupo selecto de elegidos lo decidiera por ellos.  La abuela, el gay, el niño pequeño, la mujer de 50 años, la pareja joven, el negro, las adolescentes gritonas, y unos americanos que pasaban por allí y están sacando fotos. Se cogen de las manos, sonríen y dirigen la vista hacia la esfera blanca del reloj. Expectantes.
Entonces se mueve la manecilla larga, tocando con la punta el 1 del 12. Es el momento.
Alzan las manos y gritan. Agitan sus brazos y miran desafiantes al infinito, a su futuro. Se hace el silencio en la plaza. Por primera vez en casi 5 horas, no se oye nada. Se respira la felicidad y la seguridad que produce saber que se está cambiando la historia. Finaliza el grito mudo y todos aplauden. 80.000 manos aplaudiendo a la vez. 80.000 manos que representan al mundo entero. 
Y entonces, sin planearlo y sin haberlo decidide, sin que un lider o un grupo selecto de elegidos se lo dicte, deciden quedarse. 40.000 almas sentadas en una plaza, en un pequeño rincón del universo. Representando a la humanidad.




jueves, 3 de mayo de 2012

Hey Jude - The Beatles

Linea 6 - Circular. La linea 6 es además la linea gris. Me gusta llamar a cada linea por su color porque creo que representan bastante bien a la gente que monta en ella. La gente de la linea 6 - Circular no es gris, claro. Pero tampoco es amarilla ni azul, ni roja, ni verde. Es bastante más gris que cualquier otro color.

Una chica gris con coletas espera en el andén con una funda de violonchelo en la que podría meterse ella misma si quisiera. A su lado, sentado en un banco de metal, de rejilla, un chico poco mayor que yo lee Harry Potter, y la Piedra Filosofal, en rumano. Hay un niño que grita, llora y patalea en medio del vagón. Su madre le mira, todo el metro le mira. Cuando llegan a su estación ella se levanta, le tiende la mano y le dice "no te enfades". Y él no se enfada. Al salir se cruzan con una mujer peruana que atraviesa el vagón y se sienta a mi lado, dejando un asiento entre medias. Lleva un papel en la mano en el que dibuja, borra, tacha y vuelve a pintar. Está enfrascada en lo que parece ser el dibujo de una pirámide. Después de bajar puedo ver como otra chica se sienta a su lado y ella se desplaza, dejando un asiento entre medias, sin apartar la mirada de su proyecto.
A la salida, en las escaleras, hay un señor que toca "Hey Jude" a la flauta dulce. Es bastante mayor que mi abuelo, hace frío y no tiene guantes. Le tiemblan los dedos, pero no importa. El error lo hace tierno.


sábado, 28 de abril de 2012

La gent normal - Manel

Llueve en Barcelona pero a él no le importa. Apoya las manos en el marco de la ventana, saca la cabeza y se moja. Y mientras se moja, pasea la mirada por el campo. Le gusta mirar al campo mientras se moja, porque es lo que ha estado haciendo estos últimos cuatro años. Sacar la cabeza fuera, sin miedo a empaparse, mirar al campo y sentir que puede cambiar el mundo. Desde allí puede ver a los chicos abrazándose, llorando, gritando, puede oír el griterío de la grada, y se ve a él mismo, lanzado una y otra vez en volandas. Sonríe y piensa que tiene ganas de llorar. Llora porque sabe que se despide de algo que ha sido su vida durante toda su vida, ¿Cómo explicarse eso?  ¿Cómo entender que necesita dejar de hacer algo que ama, para no acabar odiándolo? Nadie lo entenderá, lo sabe. Pero a él no le importa.
Solo le importa guardar los grandes momentos que tiene que llevarse de ese campo. El primer gol de ese chaval pequeño que él impulsó hasta el cielo, la lesión de rodilla, las carreras hasta el córner para celebrar un triunfo más, la sonrisa de sus hijos, que lo miran con ilusión desde alguno de los asientos de la grada , la felicidad de saber que haces algo sumamente bien, el himno, la grada, los colores… Es la última vez que mira el campo desde esa ventana así que tiene que memorizarlo todo.  Espera unos segundos más, respira y se moja. Y cuando lo tiene todo, cuando está totalmente seguro, cierra la ventana, se pone la americana y se dirige a la sala de prensa. Josep Guardiola i Sala tiene ganas de llorar, pero es feliz.

Versión de Common People, de Pulp

lunes, 23 de abril de 2012

Noches de boda - Joaquín Sabina y Chavela Vargas

Que te queden bien los gorros y las camisetas grandes.
Que el día de Sant Jordi encuentres en cualquier lugar aparentemente casual, el libro que sin saberlo andabas buscando.
Que en la primera página alguien haya pegado un post- it verde que diga "Para ti"
Que el público de una maratón aplauda al que va en cabeza, pero ovacione al abuelo que lleva más de 60 años corriendo y que llega poco antes que el coche escoba.
Que la profesora más borde llame "Chiquitín" al profesor más serio.
Que siempre tengas una superficie en blanco sobre la que pintar.
Que tengas algo que abrazar cuando necesites algo que abrazar.
Que la pared de tu habitación sea del color que sería tu alma.
Que tengas algo que golpear cuando necesites algo que golpear.
Que sepas silbar, cantar y bailar.
Que sepas sonreír, llorar y gritar.
Que la luna siempre esté dispuesta a escuchar lo que le cuentas.



sábado, 21 de abril de 2012

Historia de un sueño - La Oreja de Van Gogh

Cena con su familia. Calçots y Buenafuente. Dios inventó los calçots para que el ser humano ( ese hijo tonto suyo) comiera verdura, y a Buenafuente para que los españoles riamos. Reír solo lo sabemos hacer los monos y nosotros. Cena con su familia y se siente bien, comiendo con las manos y riéndose de un hombre vestido de pollo.
Antes de ir a dormir mira por la ventana una última vez para soplarle a la luna. Cierra los ojos, infla los pulmones y deja escapar el aire lentamente concentrada en su deseo para el día siguiente. Cuando vuelve a inspirar, puede sentir su cuerpo cargarse de vida.
Aún así le costará dormirse, como siempre. Soñará con su abuela, que la llama chiqueta, y despertará con una sonrisa en los labios y el sol en los ojos. A primera toca historia. Y llega tarde.




Vitamina Sol - Antònia Font

Vuelve a casa pedaleando y come sola, viendo la televisión. Una de las ventajas de que la 2 no tenga anuncios es que puedes ver "Tu vida en 65 minutos" sin interrupciones, en silencio. Pocas cosas logran emocionarla tanto como Albert Espinosa.
Merienda ColaCao con leche, café, azúcar y miel, un manjar que descubrió al mezclar todos los componentes del desayuno militar, en Senegal. Merienda viendo Big Bang Theory. Y se rie.
Estudia. Está acabando Bachillerato y hay que estudiar. Entre fechas, fórmulas, nucleótidos e imperativos categóricos, mira por la ventana. El viento agita las hojas y aparta las nubes, tras las que aparece un sol brillante. El sol brilla especialmente bien a finales del invierno.


Dame un grito - Sr Trepador

El colegio le gusta y no le cuesta admitirlo. Con los años ha descubierto que no debe reducirlo solo a las 5, 83 horas ( 350 minutos) que tiene que mantenerse sentada y en silencio, que lo realmente importante es lo que hay entre medias. Los profesores, los compañeros, los chistes, bromas y pequeñas y grandes discusiones que han convertido el colegio en algo más que una obligación.
El profesor de historia se ríe , la de física viene a enseñarles su bebé, la de filosofía se despide con un brillo en la mirada, al de música le han puesto gafas.
Comparte uno Risketos y millones de palabras con sus amigos, camparan sus planes de futuro y comienzan a organizar un maravilloso e improbable viaje a África. Pocas cosas unen más que las yemas naranjas, las sonrisas, y un puñado de recuerdos en común. No es el colegio, es su familia.



Don´t stop me now - Queen

Le despierta el sol en la cara. Y menos mal, porque el despertador no suena. Nunca suena el despertador, porque no tiene. Un día hizo una comparativa y decidió que prefería llegar tarde a clase que pasar el día enfadada. Odia que le despierten, llega tarde todos los días.

Baja la cuesta que separa su casa del colegio pedaleando a super velocidad. Le gusta esa sensación. El frío en los dedos, el viento en la cara y Freddie Mercury cantándole al oído, mientras empieza la clase de lengua. Sabe que estaría bien si algún día llegara a la hora, pero un día decidió que prefería perder esos cinco minutos iniciales que la libertad que le da ver amanecer desde una bicicleta. Y eligió bien. Muy bien incluso.


sábado, 14 de abril de 2012

Quiet Town - Josh Rouse

Creo que lo que más me gusta  del lugar del mundo donde vivo es que, de vez en cuando y sin previo aviso, se para el mundo, y ya no tengo examen mañana, ya no juega el Barça el domingo, ya no he discutido con mi hermano, ya no he perdido el móvil,  ya no tengo sueño, ni frío , ni hambre.

Se para el mundo y, a veces, pasa un tractor por delante de la ventana, y detrás de él, ajenas a mí, a mi examen y, desde luego, al Barça, las ovejas.


lunes, 9 de abril de 2012

Keep me in your heart for a while - Warren Zevon

Relaciones. El ser humano relaciona conceptos continuamente. Une unas ideas a otras sin cesar, creando cadenas infinitas en las que almacena todo su conocimiento. Relaciones que nos permiten aprender y recordar. Relaciones que nos permiten relacionarnos.

Relacionas al de sociales con Ismael Serrano, a tu mejor amigo con Amaia Montero y a tu tío con los Mojinos Escozios.Y etcétera etcétera. Sin darte cuenta unes cada una de las personas que conoces con cada una de las canciones que te gustan. Pero no te quedas ahí. Ni mucho menos.

Relacionas el chubasquero rojo de tu padre que te queda enorme con el chico mayor con el que compartiste una tarde lluviosa de atletismo, las amapolas con el pueblo minúsculo que tienes en León, las croquetas con tu abuela , los cacahuetes con ese viaje que te marcó para siempre, y el mar... el mar lo cargas de vacaciones, de infancia, de juguetes y joguinas, de sal, de sol y de sonrisas.  A tu cerebro le gusta, le encanta el juego y continúa.

Y así es como ajedrez es sinónimo de abuelo Antonio, mientras que higos y tomates significan abuelo Toñín. Porque ajedrez significa urbano y tomates solo puede significar rural. Así es como el 85% de tu vida se puede resumir en las palabras Harry y Potter. Dos palabras, que podriamos desarrollar un pelín más si dijésemos Ana, Teresa, Helena, Doraemon, Novita, TJ, Spinelli, Gus, Bins, Phineas y Ferb. Dos palabras que incluso podríamos sustituir por una, Marina. Porque tu nombre también es una relación de conceptos, la mayor de todas. La más importante.

Botones, plastidecor, renacuajos, escayola, chupa-chups de yogurt de fresa. Relaciones que te permiten recordar, relaciones que no te dejan olvidar. Relaciones.


martes, 27 de marzo de 2012

Dias extraños - Nacho Vegas

Hay días en los que te cuesta todo, hasta abrir los ojos al despertar. Días en los que las sábanas pesan, el colchón se hunde lentamente y el sol martillea en tu cabeza mientras tú descubres que en algún momento de la noche, un pedacito minúsculo de tu alma ha quedado enterrado bajo tierra.
Y es ese pedacito, ínfimo y diminuto, el que hace que sean días en los que todo se cae, todo se pierde, el mando de la televisión no funciona y el autobús se retrasa más de lo normal. Días en los que te pica todo, especialmente ese punto inexistente de la espalda que no te puedes rascar.
Todos tenemos días de esos. Podemos olvidarlos o recordarlos eternamente, podemos hacer todo lo posible para pasar por ellos de puntillas, casi sin notarlos y sin que ellos nos noten, o podemos regodearnos en ellos, alargándolos al máximo para utilizarlos después como excusa para todos y cada uno de nuestros errores.
Pero no podemos evitarlos. Aunque te parezca imposible, aunque seas optimista, feliz y ecológicamente solidario. El destino tiene un puñado de días grises guardados para ti. Y llegarán, hagas lo que hagas para sortearlos, llegarán. Y tú tendrás que vivirlos. Mentalízate.

martes, 20 de marzo de 2012

Vals en La Menor - Chopin

Es rubio, pequeño y lleva gafitas rojas.Tiene 7, 8 ,9 o 10 años. No soy nada buena adivinando las edades de los niños, pero no importa. Irrumpe en la sala donde yo me peleo con el desecho de piano que la escuela nos presta para practicar antes del examen. Se sube las gafas, respira, respira, se sube las gafas, y me mira.
Me dice que tiene clase, le digo que yo también tengo clase. Me mira, se sube las gafas.
Me hace gracia porque se parece a mi cuando tenía su edad (sea la que sea). Sonrío y le explico el protocolo de exámenes. De pronto se acuerda, los nervios, me dice. A mí también me pasaba eso.
Le pregunto qué es lo que va a tocar, me enseña el libro. Es una de esas que todo estudiante de piano ha tocado alguna vez en su vida.Es una partitura fácil, pero un poco aburrida, le digo.  Él me responde que va a tocar otra más bonita. Que la va a tocar de memoria.
Hay dos clases de genios en la Escuela. Los que tocan más de una canción en el examen y los que tocan de memoria. Se lo digo y se ríe y se sube las gafas. Me cae bien
Me pregunta si quiero escucharla. Claro que quiero.
Es una canción normalilla. Bonita pero simple, un pelín repetitiva, cortita y con una armonía algo insulsa. Le digo que está bien y le pregunto de quien es.
Es suya. La ha inventado él. Él, que tiene 7, 8, 9 o 10 años.
No sé que decirle, así que le digo lo que voy a tocar yo. Me pide que la toque. La toco. Me equivoco más de 15 veces, mínimo. Él se ríe un poquito y me desea suerte para el examen. Que cara tiene.

Entro en la sala en la que él se pelea con la bazofia de piano que la escuela nos deja para practicar antes del examen a buscar el abrigo. Me pregunta qué tal. Mal, le digo. No pasa nada, dice. Y yo me subo las gafas.
Antes de irme, me pide que le deje la partitura, para sacar una fotocopia. Para cuando pueda tocarla. Le digo que cuando él toque así no necesitará fotocopiar partituras porque compondrá mejor que Chopin.
Mejor que Chopin nunca, me dice mientras entra en la sala del examen. Toca la partitura aburrida, y luego la suya. No se equivoca ni una sola vez. No habla. Se sienta, toca, se levanta y sale por la puerta con una sonrisa triunfante. Mejor que Chopin y que Mozart y que quien tú quieras, Adri.

viernes, 9 de marzo de 2012

Get happy - Judy Garland

                -¿De qué te ríes?
                -¿Yo?
                -No, yo
                -Tú no te estás riendo...
                -¡Tú!, ¿De qué te ries, tú?
                -¿Yo? De nada
                -¿Pues sabes que son los que se ríen de nada?
                -Felices
                - ...
                - :)
                -Molas

jueves, 16 de febrero de 2012

Teardrop - Massive Attack

Yo empecé a ver House cuando tenía 12 años. Cuando tenía 12 años escuchaba el Canto del Loco y Amaral, hacía atletismo, escribía un diario (que NO se llamaba Mi Diario ) y soñaba a partes iguales con participar en las Olimpiadas de 2012 y recibir una carta de Hogwarts.
Ahora tengo 17. Con 17 años y una forma física semi-pasable ya no se sueña con lo mismo que con 12. Sé que no llegará nunca una carta firmada por la pluma verde de Albus, sueño con ver la carrera de 100m desde la grada en las Olimpiadas de Londres  y ya no sigo a Dani Martín sino a su primo que es mucho más indie.
Podría haberme convertido en una believer loca, en una friki (no confundir con freak, porque eso sí lo soy ), en una atleta de élite o en una lectora voraz de libros de la calidad literaria de Crepúsculo o la saga "quiero casarme contigo" ( Perdona, pero quiero casarme contigo.... ¿Sabes que quiero casarme contigo?.... No sé si te lo he dicho ya pero quiero casarme contigo, etc etc etc ). Pero no lo soy. Me salvó House.
En medio de todo eso que yo amaba apareció un señor medio cojo, gruñón, desaliñado y amargado, que tenía, como la tónica que él anunciaba, un punto amargo. Pero que (igual que la tónica) también era sexy.
Un señor irónico, sarcástico y sagaz. Ágil, inteligente y músico. Un señor que, pese a tener aspecto de perro callejero, hacía que no me importara dormir poco los martes y llegar tarde a clase los miércoles por la mañana.
Ahora, tengo 17 años y House se acaba. El final de House se une al estreno de la última película de Harry Potter, la separación de El Canto del Loco, y el hecho de que Madrid consiga antes una JMJ que las olimpiadas.
No sé si esto que me pasa es madurar, si estoy cruzando esa línea (gruesa) que separa la infancia de la adolescencia, o la adolescencia de la juventud o no tiene nada que ver con todo esto.
Solo se que hoy estrenan el primer capítulo de la última temporada de House, la serie que me ha ayudado a convertirme en lo que soy. Y voy a verlo.

martes, 14 de febrero de 2012

Sense tu - Teràpia de Shock

No tener abuela no es solo no tener nadie que te diga lo guapa, lo lista y lo alta que eres.
No tener abuela es no tener cocido, pasteles, torrijas o croquetas. Es dormir en el saco sábana que ella cosió para ti y sentir que el mundo ha perdido a la mejor costurera de la historia.
No tener abuela es no tener arrugas, ni canas, ni voz suave. Ni ojos cansados. Es no tener a nadie que te coja del brazo mientras camina. No tener abuela es no tener compañera para jugar a la brisca, es dejar de perder al chinchón.
 No tener abuela no es solo dejar de ir a misa los domingos, también es heredar una colección completa de zarzuelas y no tener con quien escucharlas. No tener abuela es no tener nadie que te arrope por las noches, nadie que se quede despierto hasta que tú dejes de toser, nadie que te cuente como era el mundo cuando tú aun no existías, nadie a quien explicarle como usar el móvil. Nadie que te explique como usar la vida.

No tener abuela es no tener historia, no tener pasado, no tener nadie que rece por ti. 
No tener abuela es dejar de ser una nieta. Y dejar de ser nieta, dejar de ser "la de Milagros", eso, es mucho más que no tener abuela. Es haber perdido parte de mi esencia.


miércoles, 18 de enero de 2012

Lo que te hace grande - Vetusta Morla

Escucho el Madrid- Barça en la radio del ordenador. Yo no pago por ver la tele, así que no puedo ver el partido. Gana el Madrid 1-0, aunque la posesión del Barça supera el 82%.Es injusto, pero intento pensar que me da igual, que sólo son un puñado de chavales jugando al fútbol, nada más. ¿Qué más da quien gane o pierda?- me digo. Y sé que es mentira.
No son un puñado de chavales chulos dando patadas a un balón. Son Xavi, Andrés, Carles, Leo, Francesc, Éric... son chavales con nombre, apellidos e historia. Como los del Madrid, dirás. Claro. Lo que pasa es que la historia de los chavales del Madrid no me la sé porque les conozco desde hace menos de un año a la mayoría. Me sé la historia de Casillas y le quiero tanto como puedo querer a Pedro o a Victor que hoy no juega, pero no la de Cristiano, la de Karim y sus amigos.
Es un poco lo mismo que me pasaba cuando veía Oliver y Benji. Después de haber visto llorar a la madre de Oli porque su hijo quería irse a Brasil, después de haberle visto caer una y otra vez, después de verle entrenar con Roberto en la calle, en invierno... ¿cómo me va a dar igual si gana él o gana Mark Lenders?
Y bueno, supongo que Casillas sería Benji. Empieza la segunda parte, a ver que pasa.

domingo, 15 de enero de 2012

I´ll be there for you - The Rembrands

Lunes 8:00
Subo al autobús, dirección Madrid. Apoyo la cabeza en el cristal. Me gusta el frío en mi frente, me despierta.
En la siguiente parada, espera un hombre anciano con barba blanca y ojos azules. Albus Dumbledore sube al autobús. Enseña su abono de la tercera edad al conductor y se sienta.
- Buenos días, Albus- le digo
-¿Cómo estás?- responde con voz y sonrisa afables desde sus gafas de media luna.
Vuelvo a colocar la cabeza en el cristal. Noto como lo empaño al respirar.

Miércoles 23:00
Estudio química en mi habitación. La energía libre de Gigs es interesante. La entalpía y la entropía no. Es más, estas dos últimas son solo palabras raras que tienes que aprender para poder quedar como un friki. Si alguna vez te hace falta. A mí no me hace falta, porque yo leo Batman y veo "Big Bang Theory" y eso ya me vale.
Por eso, miro por la ventana. Hay alguien lanzando chispas rojas al cielo desde el descampado de en frente. Harry, aguanta. Voy a ayudarte.

Viernes 12:00
Mi sitio en clase es el mejor del universo. Puedo ver el pasillo y mirar por la ventana casi sin mover la cabeza. Puedo ver lo que hace el profesor mientras cree que nosotros estamos haciendo ejercicios. Hoy, el profe de turno practicaba hechizos con su Iphone. Se ve que hay una app concreta para eso. Espero que le vaya bien y logre entrar en Howarts.

Sábado 3:00
Oficialmente es domingo. Mi mejor amigo me envía una canción. Es esta. Mientras la escucho comprendo que si hay alguien que estará siempre allí, cuando arrecie la lluvia, ese será Harry. Harry con todo el ejército de Dumbledore detrás.

             

lunes, 2 de enero de 2012

Despierta- Coque Malla

   Olvídalo todo. Olvida que la hierba es verde, que el agua es fresca, que el fuego quema, que el sol brilla, que el mar es enorme y nosotros pequeños.
   Olvida todos los conocimientos que tanto tiempo llevas recogiendo y que tan celosamente has conservado.  Olvida que te encantan las berenjenas rellenas, olvida que tienes miedo a las serpientes, olvida que eres del Real Madrid, olvida que no crees que Dios exista.
   Olvida todo lo que te enseñaron y todo lo que tú te afanaste en aprender. Olvida que no entiendes las matemáticas, olvida que el pedazo de mundo en el que vives es tu país, tu nación, tu patria, olvida qué significan esas palabras tan raras. Olvida que la Tierra sólo es una partícula de vida en medio del universo, olvida que el universo es negro y frío. Olvida que no eres más que un puñado de reacciones bien ordenadas. Olvida que no has elegido ni tu nombre.
   Olvida todo eso que sabes del mundo y que en el fondo es mentira. Olvida que el colegio es aburrido, que la democracia es justa, que los niños son tiernos, que la Navidad es blanca.
   Olvida todo aquello a lo que ya te has acostumbrado y que habías empezado a dejar de valorar. Olvida el viento en la cara, la luna en el mar, el color amarillo, la suavidad de tu almohada, el sonido de un violín, el del piano, el de la lluvia sobre el paraguas, olvida el silencio, olvida lo cómodo que es vivir en paz, olvida que existes.
   Olvida el amor, la tristeza, el cansancio, la felicidad. Olvídalo todo y despierta.