Entonces se mueve la manecilla larga, tocando con la punta el 1 del 12. Es el momento.
Alzan las manos y gritan. Agitan sus brazos y miran desafiantes al infinito, a su futuro. Se hace el silencio en la plaza. Por primera vez en casi 5 horas, no se oye nada. Se respira la felicidad y la seguridad que produce saber que se está cambiando la historia. Finaliza el grito mudo y todos aplauden. 80.000 manos aplaudiendo a la vez. 80.000 manos que representan al mundo entero.
Y entonces, sin planearlo y sin haberlo decidide, sin que un lider o un grupo selecto de elegidos se lo dicte, deciden quedarse. 40.000 almas sentadas en una plaza, en un pequeño rincón del universo. Representando a la humanidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario