domingo, 12 de enero de 2014

La chica del gorro azul - La Oreja de Van Gogh

Este año en Sociología hemos estudiado la ruptura epistemológica. Ruptura epistemológica quiere decir, en palabras de científico, tomar distancia. Alejarse, mirar las cosas desde otro punto de vista, ponerse en el lugar de los demás, empatía. Es un concepto bonito.

También hemos aprendido que suele quedarse en eso, en un concepto. Hemos aprendido que vivimos cargaditos de prejuicios, miedos y recuerdos. Que los llevamos siempre, y que desde la posición que ellos nos procuran, juzgamos todo lo que se mueve a nuestro alrededor. Y no nos damos cuenta. Hemos aprendido que de vez en cuando, debemos dejar la mochila en el suelo, subir corriendo a la colina más cercana y mirar desde lejos.

Que, a veces, cuando dejas que el viento te dé en la cara y haces visera con la mano para taparte del sol, cuando miras a lo lejos y ves tu casa, tu país, tu sociedad, tú, a veces, descubres que nada es tan grande como parece cuando estás dentro. Y que eso se llama aprender.

Creo que la mejor forma de tomar distancia es viajar (de hecho, creo que es la única forma física de hacerlo) y el mejor momento para tomar distancia es ese instante en el que descubres que estás empezando a llenar la mochila de prejuicios. Cuando eres joven.

Cuando eres joven tienes fuerzas para subir una y otra vez la montaña, para respirar fuerte en la cima, para bajarla corriendo y contar al resto lo que viste en tu pequeña ruptura epistemológica. Cuando eres joven tienes tiempo de aprender y equivocarte y volver a aprender, y volver a equivocarte. Cuando eres joven tienes ganas de reír, de llorar, de amar y de soñar. Y de vivir. Y de viajar.
Antes de ser joven, aún estás llenando la mochila, aún no tiene sentido tomar distancia, aún no hay nada tan tuyo de lo que necesites alejarte. Y después de ser joven, la mochila empieza a pesar demasiado, la montaña se encrespa y hace mucho frío en la cima como para pararse a mirar y a respirar hondo.

Este año hemos aprendido que sólo hay dos formas de saber la verdad. Mantenerse lo suficientemente joven para poder seguir caminando, subiendo la montaña, o subirla cuando aún puedes y pararte en la cima a mirar el pueblo desde lejos. Y recordar siempre lo que viste.

Carta de motivación para que el señor Wert y el comité de mi uni consideren que es conveniente que yo pase el año que viene en Praga.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Con mis respetos al comité ese de valoración, tienes que pasar el año próximo en Praga y subir y bajar las montañas que haga falta. Seguro que eres de los que lo aprovechan para lo que de verdad importa.

Anónimo dijo...

A ver, Gregatrey. No hay muchas montañas en Praga para subir y bajar, pero te mereces que te pongan una para justificar tu viaje. Aunque creo que no necesitas justificación. Tiene que haber un Erasmus para ti.
Wert

Anónimo dijo...

Creo que la entrada mejoraría mucho si la canción fuera esta.
Sé que comprenderás porqué.

http://www.youtube.com/watch?v=3kNnpjT2BCE

"Ay! Praga, darling , Praga"

Suerte con el Erasmus

gregatrey dijo...

Ha dicho el entrevistador que mi carta es muy filosófica y muy metafórica, y distinta a todas las demás. Si eso es bueno o malo, no lo sé. A mí me gusta.


Por cierto. Gracias Wert por el comentario. Me has hecho reír bastante. Y gracias Anónimo 2 por la canción, tienes razón. Para que se note que tenías razón, voy dejar la que hay, porque si la cambio, tu comentario dejaría de tener sentido.

:)