martes, 3 de septiembre de 2013

... - Alondra Bentley

He pensado en cuando nos encontrábamos el primer día de colegio. Con la mochila vacía y los zapatos todavia limpios. Con unos pantalones cortos recuerdo de las vacances ya pasadas.

Llevábamos todo el verano viéndonos. Perdiéndonos y encontrándonos entre las calles y la playa. Cruzándonos de vez en cuando. Aburriéndonos de sentirnos libres.

Pero llegaba ese segundo lunes de septiembre, y ese madrugar frío y de pronto extraño,
y éramos nuevos otra vez.

He pensado que era bonito. Que me gustaba bastante.
No llegábamos juntos. Normalmente tú llegabas antes y yo, bueno, yo siempre llegaba tarde.

Y nos encontrábamos. Nos encontrábamos como por primera vez y nos mirábamos y era como si nos sorprendiéramos de vernos. Como si nos alegráramos de re-conocernos de nuevo.

He pensado en ese año que llegamos casi al mismo tiempo y nos encontramos antes de llegar. Entonces  aún era verano.

Creo que todo lo que pasó aquel año, fuera lo que fuera, ocurrió porque tú y yo nos encontramos en el camino, vestidos de colegio, pero antes de la hora. He pensado que es posible que ese desajuste raro fuera la causa de tsunamis, terremotos, ciclones y tornados. O, yo qué sé, quizas no.

Pero podría ser. Porque recuerdo que aquel día, cuando nos encontramos antes de entrar, cuando entramos juntos, cuando nos abrazamos y nos sonreímos con una insólita timidez, aún éramos nosotros .

Y eso suele cambiarlo todo.

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