A ti, que te fuiste antes de tiempo.
Supongo
que te gustaría saber que ha vuelto la lluvia, que el mar es gris y que se nos
come diciembre. Supongo que sonreirías, si alguien te lo contara. Que he
crecido y me he cortado el pelo, que sigo mordiéndome las uñas y que hay por
fin alguien que, de momento, me quiere.
Supongo
que te dolería saberlo. Que el mundo gira, los polos se derriten y los muros
son más altos. Y que el cielo está cada día más lejos de la Tierra. Imagino que
te mataría si alguien te lo dijera.
Que
todo es como fue pero sin ti. Que nada ha cambiado y todo sigue igual, pero más
feo. Aún. Que por eso ahora la vida es nada y Navidad poco más que quince días
sin clase. Y que quizás este año nieve, si hay suerte. Y que, como imaginas, no
la habrá.
Puede
que no te alegre saberlo, pero esta tarde el frío me metió las manos en los
bolsillos de tu abrigo negro grande, yo no quería, créelo. Pero lo hice y
encontré un mechero. Amarillo. Tuyo. De ti que no fumabas, decías. Había
también restos de papeles y el envoltorio de un caramelo de menta. He pensado
que a lo mejor sería bueno que supieras que lloré un poco y reí bastante. Que
aún huele a ti ese montón de tela sintética y oscura. Que, por otra parte, es
todo lo que me queda.
Supongo
que no te gustaría saber que me duele quererte.
Imagino
que odiarías que alguien te lo contara.
Y
aún así, quién pudiera hacerlo.
Texto Ganador del XXII Concurso de Literatura Epistolar de Calamocha (que está en Teruel)
1 comentario:
Qué bonito! No me extraña que haya ganado un premio en Calamocha, que está en Teruel. Y aún así, quien pudiera hacerlo!
Publicar un comentario