martes, 20 de mayo de 2014


He visto un graffiti que decía GRITE en letras mayúsculas rojas muy grandes. Tan grandes que había una puerta entre la R y la I. El graffiti era superior a puertas y ventanas, inmune a los accidentes mundanos de la fachada que habitaba.
No sé, me ha gustado.

GRITE.

Es una orden directa y quizás un poco amenazante, pero, ojo, es una orden en usted. Usted, GRITE.

Usted, señor elegante, serio y respetable. Usted, señor muy bien afeitado con gabardina gris. Usted, ejecutiva con tacones.

GRITE. Pero no grite tímidamente, no grite por no estar callado, no grite con la boca pequeña, si es que es posible gritar así. No, oiga. Grite en letras rojas mayúsculas. Grite con una puerta abierta entre la R y la I. Grite hasta que su grito se pegue en la fachada de la casa del vecino. Haga que él grite también.
Grítele grite.

Griten, por favor. A ver si así cambiamos algo un poco.


Imagen de Álvaro Minguito (@AlvaroMin). 

 Señor trajeado que pasea perrito y observa atónito a los antidisturbios, grite.




No hay comentarios: